16.4.11

Dios no busca culpables...

Dios no busca culpables, yo sí. Me culpo por haber amado y haber tenido sentimientos que no iban al lugar, ni a la persona. Me echo la culpa por querer despertar algo en un mal momento. Me arrepiento tanto por sentir lo que no era propio. ¿Y qué es lo propio? Lo propio es encontrar a la persona correcta, decir te quiero no es cualquier cosa, decir te extraño, tampoco. Hablar por hablar no se me da, lo sentía, pero debí esperar más, debí buscar el momento correcto para sentir, debí dar espacio, debí saberme ir. Me reprocho tantas cosas, me reprocho el permanecer. Me reprocho no despreciarte porque se me daba la gana no hacerlo en ese momento y yo, tan débil, tan tonta y enamorada, dejaba que de mi hicieras lo que te venía en gana.

Me culpo por sentir diferente, me culpo porque no desperté algo tan fuerte en ti. Me culpo porque me sentí vacía y cuando más te necesitaba, me odiaba más, me culpo por no darte lo que pedías, me culpo por no escuchar tus palabras llenas de amor. Me culpo porque me querías y yo sentía que me odiabas. Me culpo por no hablar, por no decir y por no aceptar. Culpo a mi ser y lo desprecio por no entenderte y por quedarme ahí, por decirte que te amaba. Te dije que te amaba en el peor de los momentos, pero no supe cuál era el mejor momento, tal vez cuando acariciabas mi rostro, tomabas mi mano y me mirabas con esos ojos tan cambiantes, con esos ojos que solamente yo lograba entender, con esas palabras de confianza única, con ese egoísmo controlador diciéndome a gritos que me fuera para estar bien. Haciéndome prometer algo que jamás lograría entender hasta quedar destruida, no le reprocho la destrucción. Me reprocho por no escucharlo, por quedarme, por quererlo más que a cualquiera en el mundo.

12.4.11

Mentirosa


La gente cree que ya no me importa, se han hecho una idea falsa de mi, creen que estoy bien porque ya no lo menciono, porque dejó de sonar en sus oídos, porque ya no es la canción de moda.

Yo, en cambio, lo escucho a escondidas, lo busco, pido y casi ruego que regrese a mi.

No está bien.

Me engaño. Busco otras cosas, otros aires, nada funciona. Nada será más reparador que tenerlo de vuelta.

Hoy, hoy me preguntaron por ti, dije que no sabía. Dije que no me importaba tu vida, en realidad sé que eres feliz, que la felicidad que tanto habías buscado, la tenías ahí, en tus brazos, en tu cama, en tu vida. No me enoja, no me molesta, tampoco me hace la mujer más feliz del planeta.

Hoy pensé que sería un día diferente, cambié, me volví a engañar, que fácil es engañar a los demás, eso, también lo aprendí de ti, que fácil es fingir una sonrisa, fingir ante tus 'amigos' y ante el mundo.

Cómo es posible olvidar algo cuando todo el mundo hace que te recuerde? 'Y qué pasó con él?', 'en qué terminó todo?', 'no lo has visto?'.

Para ser honesta, no soy honesta cuando me refiero a ti, digo que ya no me importas, cuando mis ojos dicen otra cosa, cuando mi voz se quiebra, cuando me quedo callada, cuando pido a gritos que vuelvas y no me escuchas.